Ministrando-el-corazón

Servicio general

Ministrando el corazón

Pastor Jorge Imeri

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Descripción:

Un niño tenía una enfermedad en la piel que no era peligrosa ni contagiosa; solamente era incómoda. Un amigo suyo, al verlo, se le acercó y le dijo: “¡Amigo, estás podrido!”. Obviamente, se lo dijo en broma. ¿Te imaginas cuánto le afectaron estas palabras? El niño, gracias a Dios, sanó rápidamente, pero en realidad las palabras de su amigo abrieron puertas a temores y conclusiones equivocadas sobre su vida. Cada vez que enfermaba creía que iba a morir porque pensaba que había algo malo dentro de él. La lengua tiene poder para dar vida o muerte según cómo la uses (Prov. 18:21). Deja que Dios ministre tu corazón para que el fruto de tus labios sea un manjar para los que te rodean. ¡Aleluya!