En Apocalipsis 19:7-9 se nos invita a “alegrarnos” y a “regocijarnos” porque ha llegado el tiempo de las bodas. Esto nos recuerda que la culminación de todas las promesas de Dios se cumplirá en Cristo. Su regreso será como el de un novio que viene a buscar a su novia para vivir eternamente en comunión con ella. Mientras la novia (la iglesia) espera al novio (Cristo) no debe vivir conforme al mundo y sus deseos. Esto implica que debe prepararse y vestirse de santidad para que sea digna. Dios quiere que te prepares para las bodas del Cordero ¡Estás invitado! Vístete de santidad y amor para que seas una novia gloriosa sin mancha ni arruga ¡Aleluya!